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lunes, 26 de noviembre de 2012

Neurosis - Honor Found in Decay (2012)



Las bandas cuyo renombre ha alcanzado lo más alto y cuya reputación está en juego con cada nuevo trabajo escogen para el mismo, a menudo, un título e incluso una estética determinada que, de alguna manera, predisponga al oyente a una escucha favorable o que, por lo menos, suscite algún interés. Es llamativo cómo en este Honor found in decay (2012) ese nombre y esa estética reclaman toda nuestra atención. En ese sentido, Neurosis no parece ser una excepción.

El conjunto parece hallarse, con ello, en el seno de una controversia nacida de su propia esencia, de su naturaleza de grupo de culto. La fuerza bruta de las profundidades de la vida sigue siendo su seña de identidad. Y el misticismo sombrío y salvaje de antaño permanece aún latente a lo largo de toda la grabación. Por eso mismo, quizá la decadencia en la que estamos no sea sinónimo de decadencia en Neurosis o, dicho de otra manera, quizá Neurosis siempre haya encontrado un cierto honor en el abismo de la decadencia. En este sentido, el grupo del que hablamos bien puede ser la excepción.


Pues junto con Mogwai e Isis, Neurosis forma el gran trío canónico de lo que ha dado en llamarse postmetal, o postrock, y en lo que a la renovación del género respecta, sus aportaciones corrieron en paralelo durante varios años. Pero mientras que Isis ha derivado ya en nuevos proyectos, Mogwai todavía busca renovarse con cada álbum, con cada canción, con cada concierto. Neurosis, por el contrario, y antes que renovarse, lo que parece es ahondar en su particular carácter: parece incluso retrotraerse a sus orígenes. De hecho, todos sus trabajos han resultado ser una especie de retorsión de la banda sobre su destino, una suerte de búsqueda de su propia autenticidad.
 
Aquí resuenan esas voces de ultratumba, atronadoras y estruendosas como siempre, pero también melódicas. Los espacios acústicos se hinchan y se expanden con la misma celeridad con la que, de súbito, se angostan y tienden a aprisionarnos. La tensión de los tiempos crece y crece por momentos –para desvanecerse en un instante. Pero la percusión y las cuerdas no se desprenden de su pesada rítmica doom-metal, y los giros del argumento tampoco es que sigan una línea exclusivamente ambiental, por lo que sigue sin ser fácil determinar dónde empieza la luz y dónde terminan las sombras.
 
A decir verdad, nada ofrece la sensación de ser, por decirlo así, “nuevo”; ni nada da la impresión de haber renovado la marca de la banda, ni del género, menos aún de la música en general. Y sin embargo, Neurosis siguen sonando como lo que son y no han dejado de ser: como sacerdotes de algún numen perdido sin remedio, como apóstoles de un evangelio fracasado.
 
Terrible mérito el de esta banda, no hay duda, inconfundible y única aun en la cripta misma de la decadencia, al tiempo que leyenda viva del postrock. Y esto no hay quien lo niegue.


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Reseña escrita por keirrison. Gracias por colaborar.