Como los demás de la noche, aquel fue un gran concierto. Además, gracias a la suerte de ser la última actuación de la noche, en este concierto se puede apreciar el buen rollo que se tiene en los conciertos de Colapso. Un concierto lleno de comentarios chorras y cánticos de borrachos que si estuviste allí seguro que te gustará recordar. Y si no, te servirá como escarmiento para que no vuelvas a faltar a un Txarraskore.
¡¡Viva los pollos hermanos!!
P.D.: este post está dedicado al desgraciad@ que se hace llamar Eider y que me desfasa malamente.