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jueves, 13 de diciembre de 2012

The Exploding Hearts: Muerte y Power-Pop


El rock ha estado salpicado de tragedias durante toda su historia. Supongo que debemos considerar estos acontecimientos como parte de la vida, y del mismo modo que celebramos esos magníficos éxitos, todo puede ir a peor en un abrir y cerrar de ojos. A algunos el súbito auge del éxito los lleva a una posición en la cual no pueden soportar la situación y les lleva a autodestruirse gradualmente. Jim Morrison, Nick Drake, Jimmi Hendrix, Laine Stanley, Janis Joplin, Ian Curtis se encuentran dentro de este primer grupo. Podríamos elaborar una lista interminable de artistas que buscaron premeditadamente acabar con sí mismos. A otros simplemente la muerte les encontró de casualidad. Steve Marriot, por ejemplo, se quedó dormido con un cigarrillo en el sofá y su casa acabó ardiendo, llevándose su gran talento por delante. Duane Allman, uno de los mejores guitarristas de la historia, estrelló su moto contra un camión una tarde de octubre de 1971. Él siempre pensaba que ''tenía a dios de su lado'', pero aun así, la muerte le alcanzó con 24 años. Buddy Holly, Otis Redding o los Lynyrd Skynyrd se la pegaron con un avión. Antes del despegue, a los Lynyrd se les informó que podía haber problemas con el aparato, y Ronnie Van Zant, con toda su chulería sureña dijo: "¡Vámonos! De todos modos si hoy es nuestro día no vamos a poder huir de él". No deja de ser una frase con cierto sentido, pero aquello no les impidió subirse al avión y aceptar su terrible destino. Por ello, hay que considerar la tragedia como una parte inherente de la música, del mismo modo que lo es en nuestras vidas cotidianas. En la música, estas tragedias destrozan a grandes artistas o bandas en lo más alto de su fama o momento creativo, dejando grandes cosas por hacer y fantásticos sonidos por apreciar.

Uno no puede dejar de pensar que hubiera sido del rock de los setenta de no haberse muerto Jimmi Hendrix, o que magníficos discos hubieran seguido editando Joy Division si Ian Curtis no hubiera optado por ahorcarse en su casa. O hasta dónde hubiera llegado el éxito de los Allman Brothers de no haberse cruzado ese camión en la trayectoria de Duane. Estas hipótesis y otras tantas que uno puede plantearse de vez en cuando, lamentablemente no tienen solución y solo nos queda resignarnos y disfrutar de lo que hay. Pero uno no puede dejar de añorar aquello que pudo ser y no fue, realizando un saludable ejercicio de nostalgia. Todas estas tragedias son medianamente conocidas por el aficionado de rock, pero hay otras muchas historias trágicas que se quedan olvidadas, protagonizadas por bandas desconocidas al público general.

A comienzos del nuevo milenio en Portland, Oregon, surge una banda de Punk/Power Pop cuyo sonido bebe directamente de aquel punk de primera ola de finales de los 70´s. The Exploding Hearts habían creado un sonido inalterado en el tiempo, con influencias directas de Undertones, Buzzcocks o The Jam. Comienzan a hacerse un nombre en la costa este gracias a directos arrolladores y singles con muy buena aceptación. Para mediados de 2003 están preparados para comerse el mundo, y publican su potentísimo debut Guitar Romantic.
Lo primero que nos salta al ojo al escucharlo es la producción del disco. En una época donde todo tenía la tendencia de sonar limpio e inmaculado el disco debut de Exploding Hearts sonaba excesivo a todas luces. Podíamos escuchar todos los instrumentos sonando altísimos en una mezcla que, sorprendentemente sonaba equilibrado. Bastaba con escuchar las primeras rasgadas de 'Modern Kicks' para darse cuenta de que el sonido parecía que iba ser del típico grupo cacharrero. Pero lo que ocurría instantes después resultaba maravilloso: todo parecía encajar con un buen gusto exquisito, y a pesar del ruido latente que podía apreciarse de fondo, uno no podía dejar de darle al play una y otra vez. Sin duda 'Modern Kicks' se comportaba como un himno de su generación, pero que llegaba 25 años después y procedía del lugar equivocado. Esta canción parecía haber quedado olvidada en los bajos de la Rough Trade de Londres desde 1981, pero no, era yankee y actual. Al oír el estribillo del tema uno puede notar como se abren las puertas del cielo y exclamar con felicidad al descubrir esta joya musical moderna. Con cierta pretenciosidad los veías posar para la portada de su LP debut con pintas de Sex Pistols, pudiendo pensar que no era más que una banda de mucha apariencia y poca calidad. Nada más lejos de la realidad.

Qué decir de 'Im a Pretender'. Muchos dirán de ella que tiene unas letras algo cursis (''I'm a pretender at the game of love, Need somebody help me shatter my heart'') pero está tratada con la actitud y la clase que se debe. No sé si por momentos se auto parodian o si simplemente hay autenticidad y amor a la música. De lo que no hay duda es que se trata de otro de los mejores cortes del álbum. Podríamos hablar de un Power Pop más puro en 'Sleeping Aides & Razorblades', que varia un poco el estilo y se permite construir una melodía muy lograda a base de una guitarra no tan excesiva como el resto del disco. 'Rumors in Town' es otro de los grandes temas del disco, cuyo guitarrazo inicial nos anticipa grandes cosas del resto de la canción. Tras una montaña rusa de emociones, al final del tema entra el solo de guitarra para terminar de explotar todo por los aires. El disco entero está repleto de exitazos, siendo difícil encontrar un momento de bajón en los casi treinta minutos de duración. Muchísimas emociones plasmadas en apenas diez canciones que transmiten a chorros la alegría de vivir y el buen hacer de estos chavales, de los que sin duda se les intuía un grandísimo futuro.

Pero como decimos, la tragedia tarde o temprano se cruza en nuestras vidas, siendo imposible esquivar los caprichos del cruel destino. La tragedia encontró a los integrantes de Exploding Hearts el 20 de Julio de 2003, en una carretera de Oregon camino a casa desde un concierto en San Francisco. Los integrantes Jeremy Gage, Adam Cox y Matthew Fitzgerald perdieron la vida en dicho accidente, quedando únicamente con vida el guitarrista Terry Six. De un plumazo se borraba a una de las bandas más prometedoras del rock americano del momento. El destino no esperó a verles triunfar por todo lo alto; No espero a verles llenar estadios; No espero a ver sus cuerpos destrozados por la droga; Ni tampoco esperó a ver su creatividad obsoleta por el paso de los años. El destino esperó a ver su primer LP publicado y ahí decidió terminar la historia de esta pequeña gran banda. Este disco, Guitar Romantic, es la clase de disco que puede alegrarte un día jodido, repleto de canciones para ir a toda pastilla por la vida y derrapando en cada curva. Guitar Romantic: Canallas pero con corazón. El destino decidió congelar el mito y convertirlos en leyenda. Quedándonos un disco para la historia y una banda para el recuerdo. 

Escrito por JasCordoba (http://vanishingrock.blogspot.com)